martes, 20 de diciembre de 2011

Nido de los aguiluchos.



26 de febrero del 2011

Nido de los aguiluchos.

Sábado 6:10 de la mañana, me levante un poco tarde por haber salido la noche anterior y empezamos con prisas, después de un rápido check up de las cosas necesarias, nos dispusimos a salir rumbo a casa de mi mujer, ella también callo en pleito con Morfeo y al igual que yo se quedo dormida, al final llegamos a el punto de reunión y todavía no llegaba uno de los guías que traía el equipo necesario para Rapelar, en pocas palabras no podíamos salir eh iniciar el recorrido sin el, al paso de unos 15 mins llego y empezó la travesía.

La ubicación en cerca de la entrada a la Huasteca, con rumbo a la carretera vieja a Saltillo. Al llegar nos dieron los arneses y empezó el ritual de la vestimenta, el cual nos llevo unos 10 mins más y en punto de las 8 am iniciamos el recorrido.

Al principio por carretera, pasando un ducto de agua gigante que atraviesa la carretera nueva y da salida al inicio del recorrido.
Empieza muy tranquilo con una brecha con la inclinación no tan pronunciada, al cabo de unos 20 mins empieza  a ponerse un poco mas pesada y al final se convierte prácticamente en una mini escalda ya que el cuerpo tiene que tener mas de 2 puntos de apoyo por lo cual literalmente vamos gateando subiendo al cerro.

Al paso de un par de horas por el mismo tipo de terreno mencionado antes, llegamos a la parte donde se acaba la brecha y empieza la montaña, la cual nos recibe con paisajes impresionantes y una serenidad digna de mencionar.
Al principio no hay tanta dificultad en las piedras, sin embargo la paso de una hr se empieza a poner un paisaje elevado con unas vistas hacia las demás montañas por demás hermosas, aunado de algunas vistas de los acantilados que empiezan a mermar la resistencia mental de cada uno de los invitados ese día.

Después de un par de vistas y paisajes comienza el tramo mas complicado que es escalar la montaña a mano pelada subiendo pedazos de 8 a 12 mts, que ponían a mas de uno con la sangre al pie del cañón, a pesar de traer cuerda de vida, se vuelve un poco complicado el recorrido.

En un cambio de arnés perdí mi ocho por segunda vez en esas montañas lo cual me puso de nervios, nadie esta exento de que le suceda por lo cual es de cuidado eh indispensable pensar siempre en tener repuestos.

Al paso de un par de pasos estrechos salimos al pico de la montaña, deslumbrados por las creaciones de Dios en versión de la madre naturaleza. EXPLENDOROSO, era el paisaje miniatura visto desde estos niveles, todo se disuelve a nada viéndolo desde el ojo humano.
Al paso de unos momentos iniciamos el descenso con arenes por las grandes paredes de la huasteca, experimentando grandes sensaciones de valentía y cobardía al mismo tiempo, que pequeño es el hombre ante la omnipotencia expresada por Dios en el aire.

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